Llegaste una noche de verano,
traías
una blusa de primavera
haciendo
realidad mi amor lejano.
Tu
alma a mi alma acarició entera.
Llevabas
pantalón ajustado,
tus
muslos decantando tu hermosura;
el
busto con sus cimas aureolados;
y
absorto, contemplé tu hermosa cintura.
Tenías
la sonrisa cautivante,
tus
labios sensuales provocadores,
tu
voz extasiante e incitante,
tus
ojos me miraban llenos de amores.
Tu
rostro tan hermoso de afrodísia
haciéndome
soñar tus fantasías,
las
mías y aquellas con delicia.
Tenías
el cuerpo de poesía.
Sin
ti, no hay razón de mi existencia,
tu
amor se ha vuelto en mi esencia,
tu
forma desbordante de amarnos
es
raíz de este amor…sin abandonarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario