No renunciaste
si
luchaste,
su
corazón
está
gélido,
petrificado,
inanimado;
se
ha resecado.
Primaveras
vendrán,
solo
camina
sin
remordimientos.
¡No
mires atrás!
En
la noche más prolongada
de
la inclemente pandemia,
bregaste
estoicamente
por
tu amada, por su amor…
Ella,
aunque viva,
muerta
está en vida;
su
corazón herrumbrado,
sus
días lúgubres y patéticos;
vaciadas
de ilusiones,
su
amor marchitado,
sus
sueños congelados.
Su
sonrisa pulverizada.
Su
existencia es sombría,
confinada
en un páramo,
en
devastación absoluta;
esquiva
e incomunicada,
aislada y perseguida,
sitiada y autoacorralada...
tal
vez, sin escapatoria…
¡Sólo
camina!
¡No
mires atrás, continua!
No hay comentarios:
Publicar un comentario