El
tiempo discurre
ineluctablemente,
este
amor se hizo irreversible,
olvidarte
me es imposible.
Tú,
allende el horizonte,
yo,
en la espantosa soledad
de
la inconmensurable oscuridad,
abatido
desde nuestra separación
Al
verme, la Luna llena se lamenta,
se
acongoja por mi existencia;
ella,
sabe dónde estás;
y
tal vez sabe que ya me olvidaste
Jamás
debí dejarte partir,
contrito
no hallo el sosiego
por
el fruto de nuestro amor
que
no pudo nacer.
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