En la
suavidad de tu escultura de amor,
se escurren mis manos libremente,
nuestros cuerpos se fusionan en unicidad
hasta la pira de lo concúbito que concluye.
Tan hermosa
es nuestra historia de amor,
apasionante, arrasante e irreversible;
enardeciente y copiosa como lava de miel
rebosante sobre tu cuerpo sinuoso.
Carlos Rafael
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