Siempre mi amada cautivante,
de risa incitante,
de boca deleitante,
de voz vivificante,
de manos relajantes;
ósculos que son embelesantes.
Siempre de belleza
floreciente
mi dama, mi amante
amor dulce y candente;
fulgor resplandeciente
me vuelve un orate,
difícil ser paciente.
Siempre primavera naciente,
nuestro amor boyante
cada vez más fuerte;
es tan bello amarte,
es tan bello tenerte
mi hermosa gran amante.
Carlos Rafael
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