Lo que sucedió fue mágico,
inexplicable
e increíble,
ni
el tiempo y la distancia
impidieron
el nacimiento
de
este amor portentoso,
que
tantas veces resistió
el
acoso de los innombrables
que,
de día y noche nos siguen,
acechan
y acosan incansablemente;
a
veces, muy cerca de nuestros pasos,
pero,
impotentes para destrozarnos.
Amor,
aprendimos a eludirlos.
En
nuestra asediada vida de amantes
nos
hicimos fuertes e invulnerables;
somos
incapaces de alejarnos,
ni
siquiera podemos renunciarnos; y
cuántas
veces lo intentamos,
todos
frustrados, fallidos, inútiles…
Aprendimos
a cuidar y esconder
este
amor jamás sabido por otros.
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